Un blog chapucista, de fumadores, y de derechas

domingo, 2 de marzo de 2008

La insoportable levedad del ser

Cuando vivo en el hoy y para ahora, me vuelvo insoportablemente leve. Cuando mis plantas crecen en macetas, soy incapaz de poseer un árbol, de firmes raíces, al que acudir, porque, yo, lo necesito, me vuelvo insoportablemente leve. Cuando soy incapaz de hacer promesas que crezcan conmigo y aunque sean delgadas como hilos las siento como cadenas, me vuelvo insoportablemente leve. Cuando toda mi vida cabe en una maleta y no tengo nadie que espere mi regreso, me vuelvo insoportablemente leve. Cuando dejo mis sueños para mañana y me aferro a la realidad de cada día, me vuelvo insoportablemente leve.

La libertad, su precio, a veces, mis miradas se pierden en lo que hubiera podido tener si mi ser no hubiera sido tan insoportablemente leve.

La insoportable levedad del ser
(Milan Kundera)



El hombre nunca puede saber que debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo ¿Pero que valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin un cuadro".

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