Un blog chapucista, de fumadores, y de derechas

domingo, 2 de marzo de 2008

Dudar para aprender

Empezamos con un relato extraído del libro Cuentos del Tíbet de Ramiro Calle que considero ideal para estas fechas de elecciones.

Ni unos ni otros

El maestro se presentó en una localidad para impartir instrucción e iniciación sólo a aquellos que realmente las merecieran. Por la mañana recibió a un grupo de aspirantes y por la tarde a otro.

El grupo de aspirantes de la mañana estaba formado por devotos muy influenciables, con necesidad de creer en el maestro fuere como fuere, incluso haciendo gala de obediencia ciega o, si llegaba el caso, de abyección. El maestro enseguida se dió cuenta de hasta qué punto estos aspirantes eran emocionalmente débiles y necesitaban creer. ¿Qué hizo entonces? Comenzó a comportarse extravagantemente, ridiculizó a los grandes maestros, se mofó de las enseñanzas y doctrinas, se presentó casi de un modo grotesco e impío. Pero los devotos estaban tan encantados, aclamando al maestro, comentando entre ellos que, sin duda, era un ser iluminado y de un insuperable poder espiritual. El maestro no dio reales enseñanzas a ninguno de ellos.

Por la tarde, el maestro recibió al segundo grupo de personas. Eran éstas sistemáticamente descreídas, todo lo cuestionaban y de todo desconfiaban. El maestro se mostró en sus exposiciones muy serio y riguroso, ciñéndose al estricto mensaje de los grandes iniciados y de los más relevantes textos espirituales Las personas que le escuchaban criticaron todo lo que decía, se plantaron descaradamente al maestro para criticarle y casi insultarle, evidenciando gran hostilidad.

El maestro iba a dejar la localidad, cuando vino el alcalde a saludarle y a preguntarle:- ¿Es que no has encontrado en nuestra ciudad a nadie que mereciera tu iniciación?- Nadie -repuso con firmeza el maestro.- Pero ¿por qué?-Porque las personas que formaban el primer grupo hubieran venerado incluso a un chacal, carentes de discernimiento, necesitando creer por creer, siguiendo ciegamente a quienquiera se proponga como maestro. Gente tan influenciable no puede ser iniciada. Las personas que constituían el segundo grupo no dudan para investigar, sino que se recrean en la duda sistemática y estéril. No reconocerían ni al mismo Buda o Jesús que se les presentase. A gente así darles la iniciación es como arrojar el mango más perfumado a una rata. Así que ni unos ni otros.

EL SABIO DECLARA:

DUDA PARA SEGUIR INVESTIGANDO ESPIRITUALMENTE, PERO NO PARA CERRARTE A TI MISMO LA SENDA. CONFÍA EN LA ENSEÑANZA, PERO NO TE ARRIESGUES A LA OBEDIENCIA CIEGA NI A LA NECESIDAD DE CREER A CUALQUIER PRECIO.

No debemos guiarnos por aquello que se nos presenta como perfecto y como único camino hacia la realización. Debemos ser capaces de ver lo bueno y lo malo de todo cuanto nos rodea y decidir en consecuencia. No es de lógica seguir pensando que las cosas van a ser siempre igual, nunca se sabe cuando debemos aceptar lo que nunca aceptaríamos.

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