Un blog chapucista, de fumadores, y de derechas

jueves, 15 de enero de 2009

El océano del pensamiento

Nos encontramos sumergidos en un pequeño estanque que no para de crecer para convertirse en el gran océano del pensamiento. La transformación social (aceptada) nos hace divagar sobre el existencialismo humano, sobre la cualidad y cantidad del yo, sobre la individualidad de la gota de agua perdida en la extensa masa azul que es el pensamiento.

El óceano del pensamiento es un concepto que navega, nosotros lo hemos creado y lo estamos surcando, lo navegamos en busca de la individualidad de la gota de agua frente al inmenso mar que la rodea. Como seres racionales que decimos que somos, como filósofos vírgenes, puros poetas de la divinidad, piratas de la racionalidad y eruditos de la sensación, construimos la epopeya de Homero y la República de Platón en busca de la conciencia de nosotros mismos, de nuestra parte más visceralmente propia, la primera persona del singular, yo.

En este mundo acuoso, donde es dificil adaptarse ante una evolución adversa, las probabilidades de surcar el océano del pensamiento son cada vez más difusas, sabemos que podemos navegarlo pero no sabemos como, o no queremos verlo. Bajo una capa de individualidad, la fisura del yo deriva en el esparcimiento sustancial, deriva en la no-existencia del yo, en la negación del mismo y en la anulación y homogeneización de la entidad, en la disolución efervescente de nuestra integridad.

La pérdida del yo muere en el océano del pensamiento. Éste, en su inmensidad y homogeneidad, nos fortalece como gota de agua entre millones de gotas de agua, en la sal del mar o en la arena reposada del fondo, el océano del pensamiento no es propio ni ajeno, no es colectivo ni conocido, sencillamente sabemos que está como sabemos que cada día el sol ilumina adormecido el levante.

No sabemos donde está el océano del pensamiento pero conocemos exáctamente su emplazamiento, no sabemos quienes somos ni lo sabremos jamás. Solo intuimos hacia donde podremos nadar, en que dirección y si lo conseguimos surcar significará que no somos solo una sencilla gota en la inmensidad.

El océano del pensamiento, la razón de la existencia, la divinidad de lo humano, la sinceridad del individuo, arbande...

Fdo:
Un humilde redactor

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