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domingo, 26 de julio de 2009

La coexistencia social aplicada

La coexistencia social aplicada es inexistente. El ideario diverge de la experiencia. Este problema nos lleva a una búsqueda de una solución.

El pilar básico de la experiencia social es la diversidad del "yo" y su ramificación en la experiencia social. Pero tenemos algún problema: la especialización humana, la adaptación y las experiencias en sí.

La utopía de la igualdad partiendo de la base de que somos "cúmulos de experiencias" se diluye, no en su ideal pero sí en su practicidad: El ser humano es un conjunto de experiencias y como tales, aunque comunes son individuales, nadie, evidentemente va a sentir o experimentar lo de otro ser humano en sus mismas condiciones.

Aquí entra nuestra idea de la especialización humana. Dentro de la red que cada uno somos, ese universo, que insisto somos, se especializa. Tenemos un ideario de sensaciones que cada uno vive de su propia manera, la experiencia adquirida es diferente aunque la idea de esa sensación sea la misma para todos. En este punto consideraremos individualidad como especialización de la experiencia, siempre buscando la aplicación de la teoría de la coexistencia social.

Esos acuerdos sociales (recordemos coexistencia social como puntos en común entre individuos) entre individuos pueden ser de varios tipos. Ahora mismo puedo distinguir acuerdos de coexistencia, la base de nuestra teoría filosófica, y acuerdos de adaptación.

Los acuerdos de adaptación surgen como un problema al buscar la indiviualidad latente. La especialización del ser humano es inevitable e imparable, a mayor experiencia mayor indiviualidad. Pero los acuerdos de adaptación nacen de las leyes sociales creadas por el artificio humano. Así acuerdos de adaptación pueden ser las hoy llamadas razas, el mundo moderno y demás ideario identificativo.

Expongamos este punto. Acuerdo de adaptación: Podría llamarsele de otra forma como acuerdo de distinción pero quiero hacer hincapié en adaptación porque el ser humano se especializa y se adapta. La adaptación es un paso secundario, tras la especialización de la coexistencia social, la experiencia social resultante adapta esa idea y acuerda divergencias para que el proceso de coexistencia/experiencia se encamine, encarrile en una dirección u otra.

Es verdad que el ser humano necesita una andadura o evolución, una pequeña guía, pero es esa guía la correcta o el ser humano debiera crecer en todas direcciones y no solo en dos (hacia adelante o hacia atrás).

Las experiencia vividas pueden trasmitirse y eso que llamamos tradiciones, serían, por ejemplo, nuestros acuerdos de adaptación. Dejando las adaptaciones fisico-forzosas, lo humano nace de sentirse vivo, y esas experiencias marcan de diferente forma a diferentes seres. Con ello me surge una duda: ¿puede el ser humano juzgar qué experiencias son buenas y cuáles son malas para la evolución de la coexistencia social?

Es verdad que la programación humana (nuestros acuerdos de adaptación) fuerza la coexistencia social, y ésta fuerza, a su vez, a la experiencia social y ambas, además, están forzadas en su base por las experiencias primarias. Son estas experiencias un primer problema. Debemos saber interpretar las experiencias, pero con ello estamos cohibiendo nuestra libertad en la experiencia social.

Ni el ser humano es libre, ni la humanidad coexiste, ni nuestro ideario llegará más lejos de un mero esbozo. Pero este es un punto donde la experiencia primigenia debe luchar por hacerse entender y no ser un problema. Debemos mirar nuestra experiencia social, nuestro acuerdos de adaptación y nuestros acuerdos de coexistencia, la revisión social es el siguiente paso para la evolución de la teoría social.

Revisión social de la individualidad colectiva, adaptación social del individuo como ente multipersonal, experiencia social especializada.

Onanísmo intelectual.


Fdo:
Un humilde redactor

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